lunes, 10 de abril de 2023

Mis críticas de la 60 SEMANA DE MÚSICA RELIGIOSA

Tras los dos años de pandemia y un problema "profesional" que me impidió cubrir los tres años anteriores, he regresado con mucha fuerza como crítico de la 60 edición de las Semanas de Música Religiosa. Todo ello, en el periódico digital conquense vocesdecuenca.com.

En esta página quiero insertar todos los enlaces. 


Cartel de la edición de 2023
Santiago Torralba

Sábado  1 de abril.

Domingo de Ramos.

Lunes Santo.

Martes Santo.

Miércoles Santo.

Jueves Santo.

Viernes Santo.

Sábado Santo y Domingo de Resurrección.

martes, 20 de diciembre de 2022

LA CAJA DE LUZ EN PRENSA

 

Tras el exitoso estreno de la ópera de cámara LA CAJA DE LUZ, con música de Manuel Millán y libreto de Gustavo Villalba, el pasado 10 de diciembre en la Fundación Antonio Pérez, quiero hacer un resumen de las apariciones en prensa, ya sea como noticia, entrevista o crítica.

El inicio del trabajo, fue anunciado por el periódico VOCES DE CUENCA el 12 de noviembre y por la WEB dedicada a la música contemporánea (y dirigida por Ruth Prieto) EL COMPOSITOR HABLA.



Fotografía: José Antonio Montero. La Circular


Entrevistas:

ONDA CERO. Realizada por Álvaro Velayos. Intervenimos Carlos Lozano, Gustavo Villalba y un servidor.

La revista LOS OJOS DEL JÚCAR publicó esta entrevista a Gustavo Villaba y a mí, realizada por Clara Burgos Valenciano.

Notas de prensa:

Los distintos medios se hicieron eco del estreno y del rápido agotamiento de las invitaciones.

VOCES DE CUENCA.

EL DÍA DIGITAL.

ENCIENDE CUENCA.

EL DEPORTE CONQUENSE.

LAS NOTICIAS DE CUENCA.

LIBERAL DE CASTILLA.


A su vez, existió una importante repercusión tras el éxito del mismo.

ENCIENDE CUENCA.

LIBERAL DE CASTILLA.

VOCES DE CUENCA.

EL DEPORTE CONQUENSE.


Críticas:

José Antonio Montero publicó una crítica en cuatro medios:

LAS NOTICIAS DE CUENCA.

LA CIRCULAR.

MASESCENA.

En la revista italiana OTTICA CONTEMPORANEA.


A su vez, Marco Antonio e la Ossa realizó crítica en dos medios:

LA TRIBUNA DE CUENCA.

ONDA CERO, programa Musiquerías.

Posiblemente, me falten entradas en otros medios. También tengo que agradecer las críticas vertidas en redes, prácticamente todas muy positivas. Me quedo con el cariño, el entusiasmo y la emoción del público. Me quedo con el trabajo de todos los que lo han hecho posible: Cuenca Ciudad de Música y todos los cantantes, músicos, iluminadores, figurinistas, directores, etc. Pero de eso hablaré más tarde, en otra entrada.

Un saludo a todos.










Fotografías: José Antonio Montero. LA CIRCULAR.





viernes, 18 de noviembre de 2022

ENTREVISTA DE SANDRA MUELAS MARTÍNEZ

No miento si digo que esta es la entrevista más bonita que me han hecho jamás. Una antigua alumna, que destacaba por su brillantez y sensibilidad, solicitó realizarme una entrevista como trabajo de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la UCLM. El motivo principal, el estreno de LA CAJA DE LUZ el próximo 10 de diciembre.
Aquí está el resultado


 Manuel Millán: “Siempre quito la mística de la creación, hay una habilidad, un deseo y una buena formación”

Estrena en diciembre una ópera en Cuenca, La Caja de Luz, escrita sobre un libreto de Gustavo Villalba, dentro del proyecto Cuenca Ciudad de Música.

Manuel Millán de las Heras es compositor de numerosas obras, como óperas y marchas de Semana Santa, guitarrista y también profesor de música desde hace 27 años. Sus composiciones han sonado en festivales de toda España y fuera de ella.

Galardonado con el primer premio del IV concurso internacional de composición por la obra Cuarteto de cuerda nº1. Además, ha sido nombrado castellanomanchego del año 2013. Es una persona con mucho carisma, apasionada de su trabajo y de la música con la que ha crecido toda su vida.

 

¿Cuándo supo que quería dedicarse a la música?

Yo empecé como cualquier niño estudiando música, primero en la banda municipal y luego cuando se abrió el conservatorio. Pero digamos que mis primeros años fueron un poco sin especial motivación. Mi madre me apuntó a música porque un maestro de primaria le dijo que tenía muchas facultades musicales, pero a principios de la adolescencia vino otro profesor, Jesús Sánchez, que despertó todo lo que tenía dentro y a partir de ahí, con 15 años, nunca dudé, quería ser músico.

Vivaldi, Mozart, Bach… ¿Cuáles fueron sus referentes?

Gracias a este profesor descubrí la belleza de la música más antigua. Empecé con determinados compositores del S.XVI: Tomás Luis de Victoria, Narváez, Valderrábano. Y a partir de ahí, la música que vino después. Pasados los años, también empecé a disfrutar de las músicas del S.XX, tanto las populares como las más cultas o clásicas. En general, me gustaba la música que tenía mucho que comunicar y que tenía una bonita elaboración.

 

Tras componer tantas obras ¿de dónde saca la inspiración?

No existe la inspiración, existe el talento para algo que puede ser tanto para componer como para entender el mecanismo de una ley. Todo el mundo tiene talento para algo y cierta habilidad. También es importante tener conocimiento gracias a grandes profesores y esfuerzo personal para llevarlos a cabo y enriquecerlos. Y luego el deseo de escribir. Yo siempre quito la mística de la creación, hay una habilidad, un deseo y una buena formación.

 

Estrena una nueva obra aquí en Cuenca, en diciembre ¿qué le llevó a escribir la ópera La Caja de Luz?

La obra es nueva porque se va a estrenar, pero en realidad está escrita entre el año 2011 y 2013. Tras estrenar en 2011 en la Semana de Música religiosa una pieza para violonchelo, Aunque es de noche, una de las mejores interpretaciones de mi obra. Estaba con mucha creatividad y contacto con un gran amigo mío y excelente escritor, Gustavo Villalba, y le pido hacer una ópera juntos. A él le pedí un libreto que tenga algo religioso y me enseñó algo muy trascendente que habla sobre la violencia, el dominio del poder que puede llevar al abuso. Así que me puse y esos dos años de mi vida se dedicaron a eso y ahora curiosamente 9 años después de terminarlo La Caja de Luz verá la luz.



Su música ha sido interpretada por diversos autores en diferentes ciudades, ¿cómo se siente eso?

Me encanta. Mauricio, que se ha convertido en un gran amigo, es un guitarrista mexicano que vive en Francia y que estrenó mi obra en Moscú hace poco. Ahora me dice que la va a tocar en México y hará una gira con esa obra. De vez en cuando, me llegan estas cosas y me encanta. Además, no es una cuestión económica porque no repercute en nada, es cierto ego que se cubre, nada más.

Además de compositor, también es profesor de música, ¿cómo combina ambos trabajos?

Los separo. Cuando soy el profesor soy el maestro que enseña, sabiendo también a que nivel les enseño en cada curso, no pretendo llegar a más. Como mi educación es en el instituto lo que pretendo es que los chicos cuando terminen tengan un bonito contacto con la música, es decir, que hayan sabido leerla, que hayan visto una visión global de la música, que tiene muchas épocas y estilos y que ojalá algún día cuando vayan a cualquier concierto de cualquier estilo sepan dónde están y de dónde viene cada cosa.

¿Aprende algo de sus alumnos durante las clases?

Muchísimo, no sabes cuánto. Además, veo talentos que me deslumbran todos los años.

¿Tiene futuros proyectos en mente?

Tengo como intérprete seguir con el dúo La lira nocturna, que hemos tenido unas giras bastante interesantes y continuaremos con ellas. Como compositor, estoy un poco parado ahora con el estreno de la ópera. Escribo poco y cosas que me motiven mucho, tengo en la mente otras dos posibles óperas con argumentos muy diferentes: uno es Artabán, la historia del cuarto Rey Mago creada en el S.XIX; y otra es una historia más compleja muy difícil de llevar a la práctica que es La tía Tula, una película basada en una novela de Unamuno pero no tiene nada que ver el argumento de una con la otra, más que el espíritu del personaje de la tía Tula. Para mí se convirtió en una de las obras maestras del cine español.

Tras tantos años de carrera ¿qué es lo que más le ha sorprendido o impactado?

Me ha sorprendido el talento de mucha gente que no es conocida y el carácter bastante poco agradable de algunas personas que admiraba que hubiera sido mejor no haberlos conocido personalmente.

Para finalizar, ¿qué le diría al Manuel que acababa de empezar en la música?

Le diría que siguiera estudiando música que va a ser feliz con ello, aunque también le diría que conociera más mundo que el que ha conocido.


                                                                            Manuel Millán y Sandra Muelas

martes, 17 de agosto de 2021

La mano, una ópera electrónica de Hachè Costa

¿Es la música de creación difícil de entender? ¿Es sugerente, directa o excesivamente alejada de la sensibilidad contemporánea? Si es buena, nunca. Quien le diga eso miente y usted es demasiado importante como para perder el tiempo.

¿Significa eso que la música que es comunicativa, directa y comprensible está ligada a patrones tradicionales desde un principio? Pues no necesariamente. Y la razón es muy sencilla: la tradición no existe, es un invento pedagógico para intentar dar orden a determinados conocimientos relativamente cercanos en el tiempo. Un ciudadano medio del siglo XXI considera una cláusula polifónica del siglo XIII como música poco común, diferente y no especialmente cercana. Tradición no es todo el pasado sino unos pocos recursos de los siglos XVIII y XIX a los que se dio forma estricta para ser enseñados de manera generalizada. Por tanto, la tradición no es necesaria para crear obras comprensibles. Es más, puede ser incluso una barrera más



Algunos se preguntarán por qué hago esta introducción para hablar de una pieza teatral para actriz y electrónica recientemente estrenada. La razón es porque la obra de Hachè Costa es cercana en todos los aspectos: su temática es la más actual posible: los problemas mentales de cualquier persona que vive con todos los grandes problemas contemporáneos. La lucha entre uno mismo y sus “valores”, la desesperación de la pelea continua, los grandes traumas del pasado.



De Hachè Costa sólo puedo decir que es un músico extremadamente interesante y multidisciplinar, un gran conversador y que considera la música de creación de manera radical. Su formación filosófica y filológica le hace fijar mucha atención en todas las posibilidades de la voz, no tanto como canto sino como un emisor de todo tipo de fonemas y sonoridades, ya sean naturales o por transformación electrónica. El foco de su música es el ser humano, que debe ser nuevo y mejor, para lo cual debe afrontar todos los lastres del pasado.

Pero volvamos a LA MANO ¿Es una ópera? ¿Es teatro musical? ¿Es teatro con música? Pues es una ópera en tres actos para actriz y electrónica, así de claro. La razón es evidente: porque lo ha decidido el compositor. Requiere de una actriz no cantante que ejecuta en directo el papel protagonista y con distorsión electrónica el resto de papeles. Mi pequeña recensión está realizada, por desgracia, a partir de la grabación discográfica ya que no asistí a su estreno en el Centro Cultural Sanchinarro de Madrid. Todos los papeles nacen de ELLA, la protagonista y son sus traumas sin resolver, en forma de niña, padre, madre, sociedad o juez. El libreto muestra un mundo interior fantasmagórico, opresivo, angustioso y también irresoluto. No puede dejar indiferente a nadie y es muy difícil no sentirse atrapado por unas sinergias tan descarnadas.

La mano es la crónica de un desgarro, está creada desde las entrañas, con un lenguaje que por momentos es cercano al cine de terror (las voces distorsionadas, el omnipresente obstinato del reloj, el paroxismo de la protagonista), un texto pequeño, próximo y de estética actual, incluidas las expresiones malsonantes, que hace que esa cercanía de la que hablaba desde el principio sea marcada y real. La mano no tiene melodías cantábiles, pero su lenguaje es muy reconocible, los sonidos afinados están en permanente conexión con los efectos y la voz y la sensación de disonancia es percibida con total naturalidad. Por cierto, la obra, dentro de su marcado expresionismo, es musicalmente bella y encuentra colores armónicos variados, motivos repetidos de forma casi minimalista de manera incidental mientras el drama avanza.

¿Es este el futuro de la música de creación? ¿Es necesario disponer de masas instrumentales y vocales amplias, con los graves problemas económicos que estamos viviendo de manera ininterrumpida desde hace más de trece años? La respuesta es que sí. Es una de las salidas posibles, porque los recursos austeros son compensados por la tecnología y sólo hace falta el talento, como ha demostrado Hachè Costa, para conseguir resultados infinitos.

No quiero terminar esta crónica sin felicitar el trabajo (sólo he podido escucharla) de la actriz Emi Caínzos. Su papel es colosal y lo aborda desde un compromiso y un buen hacer que genera en el oyente la emoción más sincera.

Por favor, consigan el CD, pongan sus auriculares (es audio 3D) y déjense llevar. No se arrepentirán.

LIBRETO COMPLETO

domingo, 3 de enero de 2021

Excelente libro sobre las SEMANAS DE MÚSICA RELIGIOSA DE CUENCA

SEMANA DE MÚSICA RELIGIOSA DE CUENCA.

PROTAGONISTAS, OBRAS Y GESTIÓN

Autor: Marco Antonio de la Ossa Martínez

Editorial: LIBARGO MUSICOLOGÍA.

Colaboradores: Fundación SGAE y ESTIVAL CUENCA, Departamento de Expresión Musical, Plástica y Corporal de la UCLM

Diseño de portada: Partitura vegetal I de José María Lillo.

Fotografía y edición digital: Santiago Torralba.




El último libro de marco Antonio de la Ossa está centrado en el cuarto festival más antiguo de España y que ha marcado la vida de muchos músicos de toda España: las Semanas de Música Religiosa de Cuenca. Nos encontramos ante un libro imprescindible y que será necesario para entender un periodo especialmente fértil del Festival: los años transcurridos entre 2001 y 2019 y las direcciones de Antonio Moral, Pilar Tomás y Cristóbal Soler.

El libro sigue un método científico, partiendo de una breve aproximación personal, los orígenes del festival, la religiosidad y cómo ésta ha marcado al festival. Las ediciones entre 1962 y 2000 las comenta con bastantes datos, pero en forma de prólogo. De alguna manera, el análisis de los años estudiados se encauza desde lo más lejano: ¿Qué es un festival? ¿Qué es la religiosidad? ¿Cómo ha de ser un festival de música religiosa? Para ir posteriormente desgranando todos los detalles de las diferentes ediciones.

¿Existe opinión personal del autor? Sí, y mucha. Eso sí, toda ella está basada en la bibliografía anterior, los datos incuestionables y los resultados obtenidos.

Por último, creo que todo director de las SMR debe leer este libro. Así sabrá cuáles han sido los compositores programados (la supremacía bachiana es aplastante), las obras, los intérpretes, los compositores, los que han escrito las notas al programa, los que han presentado mesas redondas y un largo etcétera.

Por último, y no menos importante, es muy interesante la lupa que coloca el autor en dos aspectos: la participación de las mujeres y la atención a la discapacidad.

En definitiva, este libro de Marco Antonio de la Ossa es un nuevo eslabón, absolutamente imprescindible, para entender las SEMANAS DE MÚSICA RELIGIOSA, pero también para saber lo que supone la gestión cultural en general y musical en particular.




viernes, 4 de septiembre de 2020

El impostor

El impostor creía que su presencia hacía mejor al mundo y que su nacimiento fue mesiánico y necesario. Sus años de infancia transcurrieron entre el olvido, la singularidad y la melancolía mientras un pequeño hilo de cobardía y miedo comenzó a extenderse entre los sentidos. La naturaleza no lo concibió fuerte ni atractivo. Le castigó con la mediocridad de la mayoría, ni suspendía ni sacaba altas calificaciones y por momentos aprendió el arte de la cordialidad.
El impostor creía que los dioses le aguardaban un regalo. Con quince años descubrió una mujer hermosa y se enamoró. Nunca le dirigió la palabra. Soñó con sus pechos todas las noches, pero no le donaron el derecho a desearla. La olvidó y nunca recordó su rostro.
El impostor creía que su muerte sería hermosa. Soñó luchar en mil batallas, las dagas no encontraron los surcos de su alma y sí los tesoros de la vida.
El impostor cerró el cofre. Le cegó el reflejo del oro y nunca vería igual. De pronto se imaginó sin ser fuerte y atractivo. Recordó los motes de la infancia, sus silencios cómplices y la inercia de la nada.
El impostor murió de Alzheimer con 67 años.



domingo, 1 de julio de 2018

¿Para qué componer?

Es cíclico. Pasado un tiempo dejo de ver sentido a la escritura musical. Suele suceder tras periodos de relativo éxito, siempre efímero, cargado de apoyos intelectuales y que dejan tras de sí una resaca de nihilismo, vacío creativo y cierta depresión.
Componer es un acto de fe. Primero tienes que creer en algo muy poco explicable: un lenguaje coherente, personal y a su vez comunicativo. Ese lenguaje nunca será novedoso (ni falta que hace) y en mi caso desencadena un terrible conflicto. No tengo necesidad de ser más disonante o menos; tonal o atonal; racional o irracional. Sin embargo, dudo mucho sobre si mi anhelo creativo está siendo respetado por mi elección estética. La utilización de los recursos musicales son frutos de una durísima educación, magníficos profesores y el irredento entusiasmo con el que estudié. En eso no me distingo en nada con ninguno de mis colegas.
Acabar una obra suele ser un momento de vacío. El agotamiento me invade y creo sentir que esa ha sido la última composición de mi vida. Si el pico del ánimo lo permite, puedo escribir la siguiente, pero si no es así, puedo pasar meses sin plasmar ni una nota.


Hoy sí creo que he terminado mi faceta de compositor. No se lo tomen del todo en serio, ya me sucedió en 2016. Mi último compromiso es un dúo de sopranos y piano. No sé qué hacer, no sé qué escribir. Es un compromiso angustioso, una obra que injustamente está sufriendo mi agotamiento creativo. Es la ausencia de deseo, la duda del lenguaje, el hastío, la nada.
Nuevamente, he dejado de querer escribir música. Cuesta mucho, NO SE PAGA (cuestión esencial) y se deben tener muchas ganas para afrontarlo.
Mucha gente escribe bien, la música no sufrirá.

Luchemos por la ortografía